ESCRITORES QUE HAN CAIDO EN SALDO

Escritores que han caído en saldos


Ángel Ramo (Rauch 1930- Tandil1967) fue un escritor menor en buena parte de su obra aún dispersa. Tuve la suerte de encontrar un fragmento de Diario del ave de Raza durante mi temporada en Tandil el año pasado. Compré el libro dejándome llevar por un pálpito y pensando que más allá de su pobre estado (sin tapas y de color amarillo intenso) encontraría algún rastro de literatura local fuera del aura Gombrowicz - Di Paola. En ese sentido el libro me defraudó inmediatamente: la cuarta página de El Diario muestra una anécdota que involucra a nuestro escritor con el célebre polaco. Para un desprevenido la viñeta que se cuenta llama la atención, pero a esa altura del año ya casi me camuflaba entre los tandilenses y no me sorprendió que una vez más saliese a escena la picardía del viejo-así se lo menciona en la ciudad donde circulan cientos de historias mentirosas- para ningunearlo: “Me alejé de Tandil entre otras cosas porque el viejo corría más detrás de mi cola que de mis textos” Lo cierto es que promediando el Diario Ramo pisa el palito y termina confesando-sin ahorrase un céntimo de patetismo- que migró de la ciudad porque su familia había dejado de quererlo por sus crónicos estados de catatonia.
Meses después del hallazgo había olvidado el nombre y banalidades de nuestro escritor, cuando entre los pilones de libros viejos de un localcito en Azul me topé con una antología de poetas locales (del centro de la provincia prefieren llamarse) que incluía diez páginas de Ramo precedidas de una breve nota biográfica. Allí, en el renglón final, se describe pintorescamente el suicidio “perturbado por sus fantasmas y luego de merodear la zona de La movediza se arrojó desde un peñasco” Esta frase, escrita por mano anónima, bien podría llevar la firma de Ramo cuyo mayor mérito artístico fue crear imágenes fuertes para apelar-consciente o no- a nuestra vergüenza ajena “ sin pareja: sentado en una mesa esquinada del restaurante, no hay lugar vacante frente a mí, muchos menos el vacío: ni más ni menos que una silla” Personalmente, me defraudó un poco que Ramo no decidiera terminar sus días en la mismísima boca del lobo La movediza y, en cambio, diera unos cuantos pasos al costado para arrojarse desde una piedra cualquiera al vacío. Tal vez no esté lo suficientemente maduro como lector para comprender este gesto.


(Luis Maltz)


Algunos poemas de Ramo

Hippies en la sierra o padre desnudo en vestuario (poema panfletario)


¿Y por que no tomarnos las manos haciendo formaciones en S? O mejor:
¡estoy en la sierra y respiro! Me han salido unos granitos en las junturas del brazo, sí oíste bien: me creció una verruga. El cuerpo es mío, duerme tu siesta en la capital del ave de raza
No hay nada más seguro para el niño que entrar de la mano paterna al vestuario para luego soltarse.
Soltémonos las manos.




La ciudad

Si hay Cristo Redentor que baje y se haga cristo enano,

que aún somos muy adultos para entender el gesto en una piedra

R. se lava la cara en el dique, desde el fuerte proyecta la ciudad

¿y por qué no bajar al redentor de un tiro en la frente?



La cola de novia o Ñandúes empollando

Sosteníamos tu cola: recién nos habíamos mudado a la ciudad y era el primer casamiento al que asistíamos. Fuera de la capilla esperaban otras novias empollando bajo sus vestidos. De repente, la más petisa de las cinco extrajo un inmenso huevo blanco de su meriñaque y lo puso en órbita. Oímos el zumbido y abandonamos la capilla, tarde o temprano estallaría contra el suelo. Nadie se casó en el templo: la yema nos cubrió de algarabía.





1 comentarios:

Anita Leporina dijo...

Sos un maldito genio, Luis.
(esto dicho con voz de las gemelas esas yankis que hacen muchas publicidades y una ahora es anoréxica)