LOCA POESÍA

LOCA POESÍA

Insuficiente imaginar la locura en términos de un poeta que escribe. Pienso en Jacobo Fijman internado, garabateando, desesperado, triste, con pastillitas de por medio. ¿Qué tiene que ver eso con su poesía? Mucho, poco, nada? ¿importa?

Interesa abordar la locura en la letra misma, como gesto inusual que nos descoloca. La letra se vuelve loca, o nosotros mismos con el deseo de domesticarla nos intranquilizamos. Como en una conferencia de Rubén Darío en 1896 en donde uno de los asistentes se escandalizó al escuchar el tercer verso de un poema: “un blanco horror del Belcebú” Y dijo al concluir la ceremonia: “ Yo quiero salir del manicomio donde se llama blanco al horror; donde según Quevedo, se llama al arrope, crepúsculo de dulce; donde según Stéphane Mallarmé, es lo mismo rosa y aura que mujer”


Por allí anda la locura, la letra que enloquece, el lector buscando descifrar una metáfora y fracasando en el mismo momento del descubrimiento. Trabajo inservible, inevitable, buscar la locura, vivir allí si se puede, si se soporta. Siempre con cordura, claro.

MAURICIO VALLUZZI




“Demencia:
el camino más alto y más desierto.

Oficio de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
Roncan los extravíos;
tosen las muecas
y descargan sus golpes
afónicas lamentaciones


(Fragmento de “El cisne blanco” de Jacobo Fijman)

2 comentarios:

Anita Leporina dijo...

Luiiiiiiis, ¿sos vos?

Unknown dijo...

me gusta leer las cosas que escribis. Un beso amiguito mio!